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Cómo Mantengo A Alemania Presente Durante Las Fiestas

 


¡Ah, es la época más maravillosa del año! Así de la nada, 2022 está llegando rápidamente a su fin y la Navidad está otra vez a la vuelta de la esquina. Para todos nosotros, por fin es momento de empezar a prepararnos: decorar la casa, instalar el arbolito e ir a comprar regalos es algo con lo que todos y todas podemos identificarnos. Sin embargo, no estoy aquí para hablar de las cosas que tenemos en común, porque entonces este artículo sería sumamente aburrido, sino de lo que hace que la temporada navideña en mi casa sea un poco diferente a cómo es en la de ustedes. ¿La respuesta? Mi herencia.

Como ya dice la descripción de este blog, crecí en un hogar binacional, con padres que vienen de países distintos. Por parte de mi padre, soy alemana; nació y se crió en Berlín y sus alrededores antes de llegar a Chile por primera vez a mediados de los 80 y conocer a mi madre, razón por la que finalmente terminó quedándose. Nací y he pasado 24 de mis 25 años de vida en Chile, así que paso desapercibida entre la multitud excepto por mi piel y pelo más claros. A lo largo de los años, mi padre se ha asegurado de que me sienta alemana tanto como chilena, manteniendo siempre viva la lengua, la cultura y las tradiciones en el diario vivir. Y en ningún otro momento el lado alemán se vuelve más evidente que durante las fiestas, a pesar de que las celebramos con 25 grados de calor en vez de estar cubiertos de nieve, lo que siempre descoloca a mis parientes alemanes.

Como primera cosa, en mi casa celebramos el Adviento desde que yo era muy niña, mucho antes de que por aquí se convirtiera en “algo”. Tenemos nuestra corona en la mesa de la cena con las cuatro velitas que encendemos cada domingo una por una, y cantamos himnos de Adviento en alemán acompañados de mi padre en la flauta (Wir Sagen Euch An Den Lieben Advent al principio y O Heiland Reiß Die Himmel Auf al final). También tenía un calendario de Adviento hasta que mis padres consideraron que ya era demasiado grande para eso, pero el año pasado tuve la idea de volver a presentarlo con un pequeño cambio: en vez del pequeño juguete o dulce que estaba dentro cuando abría una ventana cada noche, ahora hay un papel con un pasaje de la Biblia, que después leemos y analizamos.

Otra cosa que es diferente en mi casa es que recibimos un pequeño “teaser” de Navidad casi tres semanas antes de que llegue. En la mañana del 6 de diciembre, nos despertamos y encontramos nuestros zapatos llenos de pequeños regalos del buen viejo San Nicolás (o Nikolaus, como lo llamamos). San Nicolás de Myra fue un obispo del siglo IV de ascendencia griega cuyo hábito bien documentado de dar regalos lo convierte en el personaje de la vida real que presumiblemente es la inspiración detrás del Viejo Pascuero/Papá Noel/Santa Claus. Esta historia también explica por qué las personas en otros países, como Estados Unidos, reciben sus regalos de Navidad dentro de sus calcetines, una ligera desviación de la historia original. Siempre espero mucho este día. El único problema es que el pobre Nicolás tiene que encontrar una manera de evitar que nuestras dos perras muerdan los zapatos. ¡Lo sentimos!

En cuanto a la celebración navideña  como tal, la herencia alemana tiene otra oportunidad de brillar. Después de volver a casa muuuuy pasada la medianoche con mis padres después de celebrar en la casa de mi abuela con mi familia extendida, leemos la historia del nacimiento en voz alta e instalamos al Niño Jesús en nuestro pesebre mientras cantamos "Zu Bethlehem Geboren", un villancico alemán compuesto por Friedrich Spee en el siglo XVII. Después de la pequeña liturgia, finalmente abrimos nuestros regalos, pero lo hacemos en Nochebuena antes de irnos a la cama, a diferencia de hacerlo a la mañana siguiente como lo hace la gente en otros países.

Lo que comemos es otra cosa. La imagen que acompaña a este artículo muestra un Bunter Teller, que literalmente se traduce como "plato colorido", que es básicamente un plato de papel decorado con motivos navideños lleno de dulces navideños alemanes que comemos hasta que ya ni siquiera podemos verlos. Algunos de los clásicos incluyen el Stollen, Dominosteine (fichas de dominó), Lebkuchenherzen (corazones de Lebkuchen), Marzipankartoffeln (papas de mazapán), Zimtsterne (estrellas de canela) Pfeffernüsse (nueces de pimienta) y algunos más. Obviamente no es fácil encontrar estos productos fuera de Alemania, pero de igual forma hemos logrado traerlos a nuestra mesa porque una de las cadenas de supermercados más grandes de Chile es propiedad de un inmigrante alemán que los importa. Para mí, desde que tengo uso de razón, el olor distintivo de esas cosas es la señal inequívoca de que llegó la temporada navideña. Para ponerlo en palabras simples, Navidad alemana = coma diabético.

De todas maneras, ahora que lo pienso, esta época del año es cuando generalmente me siento “más alemana”, si se quiere. Mi padre ha logrado mantener vivas estas tradiciones sin importar dónde estemos, y las he internalizado tanto que ahora ya no puedo imaginarme celebrar la Navidad de otra manera. Sinceramente, yo espero que esto nunca cambie, incluso después de haberme casado y tener mis propios hijos, porque es la manera más perfecta de mantener un pedacito de mi otro hogar cerca de mi corazón. Estar lejos del propio país a veces no es fácil, pero siempre hay algo que puedes hacer para sentir que nunca te fuiste.

Tengo curiosidad por saber cómo otros inmigrantes o hijos e hijas de inmigrantes celebran las fiestas, así que si alguien de ustedes lo es, no duden en hacérmelo saber. Y también, ¡Feliz Navidad!

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