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Disability And Motherhood: Why Not?

  “What do you want to be when you grow up?” is a question I got asked a lot as a child, just like any other kid. And as you might expect, over the years I came up with all kinds of different answers: princess, vet, fashion designer, scientist, you name it! But no matter how many crazy and completely opposite ideas I had about what I wanted professionally, there is one thing that never changed: my ardent desire to be a mother. When I was little I loved to play with my dolls and pretend I was pregnant by hiding them under my shirt, as I am sure many other girls did too. I have names picked out for years, one for a boy and one for a girl. The only thing I am missing is the baby. For a long time I did not think of my disability as a possible obstacle to motherhood. It was only after an incident I had in my last year of high school that I began to question whether that was even possible. One of my classmates had just had a baby and brought him over on the last period of class to introduce
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Discapacidad y Maternidad: ¿Por Qué No?

  "¿Qué quieres ser cuando seas grande?" , es una pregunta que de chica escuché muchas veces, como cualquier otro niño. Y como es de esperarse, a lo largo de los años se me ocurrieron todo tipo de respuestas diferentes: princesa, veterinaria, diseñadora de moda, científica, ¡de todo! Pero por más ideas locas y completamente opuestas que tuviera respecto a lo que quería profesionalmente, hay una cosa que nunca cambió: mi deseo de ser mamá. Cuando era pequeña me encantaba jugar con mis muñecas y fingir que estaba embarazada escondiéndolas debajo de mi camisa, como estoy segura que a muchas otras niñas también les gustaba. Hace años tengo nombres escogidos, uno para niño y otro para niña. Lo único que me falta es la criatura. Durante mucho tiempo no pensé que mi condición física pudiera ser un potencial obstáculo para la maternidad. Fue sólo después de un incidente que tuve en mi último año del liceo que me empecé a cuestionar si eso era posible siquiera. Una de mis compañeras a

"La Audacia": Reseña de Novela

  El año pasado, mi gran amiga de varios años y antigua compañera de militancia feminista  Yasmín Gray (Chile, 1984) publicó su primera novela, La Audacia , un relato de tintes feministas y escrito a modo de thriller psicológico que yo, lógicamente, pedí como regalo de cumpleaños aprovechando que mi papá tenía que viajar a Santiago. Al recibirlo, decidí empezarlo el 1 de enero, sabiendo que a mediados de mes iba a reunirme con Yasmín para que me lo firmara. Resulta poco decir que me atrapó desde la primera página: prácticamente no pude soltarlo más, si bien a veces iba deteniendo la lectura por la naturaleza emocionalmente densa del texto. Decidí preguntarle a Yasmín si me daba permiso de escribir una reseña, y ella aceptó feliz, por lo que después de hacer mi mejor esfuerzo por hacerle justicia, hoy la publico con motivo del 8M, Día Internacional de la Mujer. La historia, que cuenta con 123 páginas, está contada en primera persona y se desarrolla con una cronología no lineal; los capí

La Crisis Del Cuarto De Edad, Explicada

  ¿Quién no ha escuchado hablar alguna vez de la crisis de la mediana edad? Eso que parece darle a la gente de 40 y tantos cuando se dan cuenta de que se están haciendo viejos y empiezan a hacer de todo por sentirse jóvenes, desde cosas bastante buenas como empezar a ir al gimnasio o cambiar totalmente de rubro laboral para dedicarse a lo que siempre quisieron hasta locuras como comprarse una moto sin saber manejarla o cosas derechamente cuestionables como buscarse una amante menor. Pero de lo que nadie habla es de otro fenómeno que yo creo que nos pasa a todos cuando andamos por los 25, que recién hace poco tiempo está reconocido entre psicólogos y otros especialistas en desarrollo: la llamada “crisis del cuarto de edad” . Básicamente, es esa infame etapa entre la adolescencia y la adultez en la que no se sabe hacia dónde va la vida, y en que la edad que indica el carnet es mucho mayor a la que uno siente que tiene. En las comidas familiares te preguntan que para cuándo las tres C, la

Qué Cosas NO Decirle a una Persona con Discapacidad

Hace un tiempo, salí y tomé un taxi para ir al centro a hacer unas compras para el cumpleaños de mi mamá. Para mi sorpresa, la conductora era mujer, algo con lo que no me encuentro muy seguido, así que me senté en el asiento de adelante sin preocupaciones, sintiéndome más segura. Sin embargo, en el momento en el que me subí y puse mis muletas en mis piernas como de costumbre, la conductora me empezó a interrogar sobre mi discapacidad una y otra vez. Me preguntó: "¿Qué te pasó en las piernas?" , y yo le respondí que era un problema de nacimiento. Pensé que eso era todo, pero después siguió. "Espera, ¿entonces vas a estar así para toda la vida?" , me cuestionó con una expresión de horror en la cara. Asentí sin mirarla, hundiendo la cabeza en el celular y haciendo como que estaba chateando para que me dejara en paz, pero no funcionó. "Pero... pero... tiene que haber algún tipo de cura, ¿cierto? ¿No puedes hacerte una operación o algo?" . Esa fue la última got

Things NOT To Say To A Disabled Person

Some time ago, I stopped a cab to go downtown to run some errands for my mother's birthday. To my surprise, the driver was a woman, something that I don't come across too often, so I got in the front seat without a worry. As soon as I climbed in and put my crutches on my lap as usual, however, the driver immediately started interrogating me non-stop about my disability. She asked, "What's wrong with your legs?" , to which I replied it was a birth defect. I thought that would be it, but then she continued. "Wait, so you're going to be like this forever?" , she then went on, with a look of sheer shock on her face. I nodded, nonchalantly, as I buried my head in my phone and pretended to be texting so she would leave me alone, but it did not work. "But... but... there's got to be some sort of cure, right? Can you not have some surgery?" . That was the last straw for me. "I've had twelve" , I replied. She continued to ramble ab

Del Barrio Alto A La Población, Mi Historia En Primera Persona

Hay algo que a otra gente le ha llamado la atención sobre mí, y es mi historia de movilidad social. Que Chile es un país sumamente desigual y segregado no es ningún secreto, hace años que encabezamos el ranking de la OCDE y es tristemente sabido que el 33% de la riqueza nacional está en manos de apenas un 1% de la población. Y sí, puede ser que en una familia se dé un cambio de estrato socioeconómico a lo largo de varias generaciones, ya sea hacia arriba o hacia abajo, pero muy pocas personas logran conocer y vivir en carne propia las diferencias entre ricos y pobres a lo largo de su propia vida. Una de esas personas soy yo, porque he tenido la oportunidad de vivir dos vidas, completamente opuestas, a dos lados distintos del espectro de las clases sociales. Al cumplirse otro año más del estallido social, que para muchas personas fue el momento en que realmente tomaron conciencia de lo segregado que está el país, de repente me dieron ganas de compartirles un poco de mi historia, porque

A 50 Años del Golpe: Testimonios desde la Resistencia Pacífica

La conmemoración de 50 años del golpe de Estado en Chile, ocurrido un día como hoy en 1973, encontró a un país tan o más polarizado de lo que estaba hace medio siglo. Desde hace meses que era un tema recurrente en la prensa, y a medida que se iba acercando la fecha, como era de esperarse comenzaron los conflictos, desde peleas en el Congreso sobre cómo iba a abordarse el aniversario entre defensores y detractores del General Pinochet, pasando por artículos de opinión y cartas al editor en los diarios rebatiéndose mutuamente, hasta encontrones entre familiares de detenidos desaparecidos y negacionistas de la dictadura, que al parecer están más fuertes que nunca incluso entre gente de mi edad. Las cifras, sin embargo, hablan por sí solas: de acuerdo a estadísticas de, hasta la fecha hay 1102 personas que continúan desaparecidas, entre ellas 54 menores de edad y 4 embarazadas con sus guaguas no nacidas, además de 2125 muertes confirmadas. No hay casi nadie que no esté familiarizado/a con